La muerte es un dormir sin sueños, y tal vez sin despertar.
Marlene Dietrich
Acepto todo lo que hubo. Nunca busqué mejor suerte. ¡Acaso hay algo mejor que haber amado!.
Aleksandr Blok
El verdadero dolor es incompatible con la esperanza. Por muy grande que sea ese dolor, la esperanza aún se alza a cien codos más arriba.
Conde de Lautréamont
Parece que hoy toca hablar de Madrid. Madrid es una gran ciudad, o por lo menos una ciudad grande.
Francisco Umbral
No durarían mucho las disputas si el error estuviera de un solo lado.
François de La Rochefoucauld
Desconfié de todo lo que vea en este libro o en cualquier otro y mantén la mente abierta.
Gordon Delamont
Hay dos tipos de economistas, los que se preocupan de que los ricos tengan más y los que nos preocupamos de que los pobres sean menos pobres.
José Luis Sampedro
No se puede explicar la emoción de ser madre, hay que vivirlo.
Letizia Ortiz
Sin un corazón contento no hay bien que valga, así como con el corazón alegre no hay mal que pueda dañarnos en en este mundo.
Massimo d'Azeglio
A la luz de la luna había flores y solo era un campo de algodón.
Matsuo Basho
En todo período histórico han habido personas que se han preocupado de algo más que de su propio beneficio, que se han sentido realizados dedicándose a la mejora del bien común, la lucha entre el egoísmo y el altruismo en la historia se ha manifestado como los períodos de luz y de sombra en una tarde de verano.
Mihály Csíkszentmihályi
Uno debe amar mucho la vida que ha escogido para luego hacerla suya; y yo la amo.
Orhan Pamuk
Para agradar debes olvidarte de ti mismo.
Ovidio
El pensamiento yo soy este cuerpo de carne y huesos es el origen de todos los demás pensamientos. Por eso, si miro hacia adentro y me pregunto: ¿Dónde está ese yo?, todos los pensamientos (también el pensamiento del yo) desaparecerán, y el autoconocimiento brillará espontáneamente.
Ramana Maharshi
La geología tiene una tristeza apabullante que nunca podrá sacarse de encima. Esta tristeza proviene de la idea de que el tiempo trabaja en su contra.
Salvador Dalí
A pan y nada, el alma se rompe sin ruido.
Susana Corullón Paredes