Las madres siempre lo saben.
Mark Ruffalo
¿Qué son mil años? El tiempo es corto para el que piensa, e interminable para el que desea.
Alain
La verdad trae paz a la mente anhelante; conquista el error; apaga las llamas de los deseos.
Buda Gautama
No se llega a ser verdaderamente un gran hombre si no se tiene el valor de ignorar una infinidad de cosas inútiles.
Carlo Dossi
El mundo está lleno de personas que tienen limitados los sentimientos. Algunos los han perdido, otros simplemente los han ocultado y otros... otros ni siquiera saben si algún día los tuvieron, pero para eso está, entre otras cosas, la música.
Eloy Moreno
Vamos. Un paseíto a caballo en una mañana tan hermosa es preferible a dormir una hora más.
Emily Brontë
HB lo que tiene que hacer es denunciar y renunciar a la violencia; entonces podrá participar en la vida política, y si no es suficiente para ellos pues será su problema, las reglas de juego no se cambian a tiros.
Felipe González
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte o religión.
Friedrich Engels
Poco hombres hay que tengan virtud para resistir al mejor postor.
George Washington
No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio.
H. G. Wells
Necio es el que se jacta de su estirpe y de su nombre.
Horacio
Soy católico. No puedo cometer suicidio, pero planeo beber hasta matarme.
Jack Kerouac
En el girar de los años, las mismas naciones se desconocen, cambiando los pueblos cada siglo sus costumbres y estado.
Marco Manilio
¿Cómo podía adivinar yo el destino que le esperaba? En verdad la vida humana es como el rocío o como un relámpago.
Ryunosuke Akutagawa
Sus ojos, cazadores de imágenes, están albergando un sueño, una vez acojas las ideas anhelantes en ti, para modelar la sangre...
Stefan George
La codicia arraiga hondo y crece con raíces más perversas que la lujuria, flor de verano.
William Shakespeare