La eliminación física de la Bestia es bien vista por Dios si con ella se libera a un pueblo.
Mario Vargas Llosa
El éxito no es la clave para la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si le gusta lo que está haciendo, usted será un éxito.
Albert Schweitzer
¿Qué meditas tan profundamente? la mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, tiene que ser tu alma.
Angelus Silesius
No tengo nada que demostrarte.
Brie Larson
Nacemos en un momento dado en el que ello toma lugar y como los vinos buenos tenemos las cualidades el año y la estación en los cuales hemos venido a este mundo. La Astrología no debe justificar nada más.
Carl Gustav Jung
Cuando llegues al punto de no necesitar ningún estimulo externo para sentirte bien, cuando no necesites regalos ni buenas palabras de otros, alcanzarás la felicidad gratis. ¡Otro beneficio añadido!
David Valois
Bruguera era propietaria de la idea de los dibujos, de los guiones, de tu padre, de tu madre: de todo. Podían publicar Mortadelo o cualquier cosa sin contar conmigo. Acudí a los tribunales y el litigio duró tres años.
Francisco Ibáñez
A todos pertenece lo que piensas. Sólo es tuyo lo que sientes. Si quieres que sea tuyo lo que piensas, has de sentirlo.
Friedrich Schiller
Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, abundancia y hambre.
Heráclito
La muerte es como el sueño, parecida a ti: no puede ser pensada.
Jenaro Talens
El mayor artista es aquel que en la suma de sus obras ha incorporado el mayor número de sus mejores ideas.
John Ruskin
Una parte de mí quiere que te deje en paz. Una parte de mí quiere que vuelvas a casa. Una parte de mí dice que estoy viviendo una mentira y que estoy mejor sin ti.
LeToya Luckett
El contribuyente es una persona que trabaja para el Gobierno, pero sin haber hecho las oposiciones a funcionario.
Ronald Reagan
El que compra cedés vírgenes no paga ningún canon.
Teddy Bautista
Hasta ahora se pensaba que para actuar (obrar) había que sentir. Hoy se sabe que el sentimiento aparece cuando empezamos a actuar.
William James
Hay puñaladas en las sonrisas de los hombres; cuantos más allegados éstos, más peligrosas aquéllas.
William Shakespeare