Los maridos son estupendos como amantes cuando engañan a sus mujeres.
Marilyn Monroe
La poesía siempre me pareció una gran pérdida de tiempo.
Albert Einstein
En España lo que cuenta es la idea de imperio.
Gustavo Bueno
Los burgueses parecen necesitar un número de habitaciones inútiles proporcional al de hectáreas sobre la cuales se extiende la dominación de sus rentas y de sus cacerías.
Hervé Bazin
Los hombres verdaderamente grandes no pueden dudar de una existencia futura, porque sienten en si mismos su propia inmortalidad.
Iginio Ugo Tarchetti
Se dijo que una persona cuerda debía adaptarse al cambio y agredecer la originalidad. Se prometío que aceptaría todas las cosas diferentes que pudiera, que combatiría la dependencia de la rutina.
John Katzenbach
Paz, Amor y Empatía.
Kurt Cobain
¡Vaya! - se dijo Alicia -. He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡Pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara que he visto en toda mi vida!
Lewis Carroll
Antes de pensar en la injuria que hemos recibido, hay que dejar pasar cuando menos una noche.
Marlene Dietrich
Cristiano es aquel en quien Cristo se está forjando.
Max Lucado
La preocupación tiene más preguntas que respuestas, y a menudo piensa en desistir.
La verdad es que lamentamos la pérdida incluso de nuestras peores costumbres. Quizá sean las que más lamentamos. Son una parte demasiado esencial de nuestra personalidad.
Oscar Wilde
La castañera asa los corazones de invierno.
Ramón Gómez de la Serna
Creía que a los hombres les salían canas porque tenían trabajos estresantes con decisiones estresantes que tomar. Ahora creo que sucede cuando los hombres sienten en sus huesos que los grandes momentos de sus vidas quizá no resulten como esperaban.
Scoot McNairy
El Dinero que obtengo, perdón, obtenemos de la protección de derechos de autor es necesario para todos, incluso para los niños del tercer mundo.
Teddy Bautista
¡Estábamos bien! Unidos: mi madre, mis hermanos, mi padre... me pegaba pero... él mandaba. Era un hombre fuerte, alto, sólido, guerrero. Pero debo decir que años después cuando estaba en Nueva York, habría preferido un bofetón de mi padre a esa soledad.
Waris Dirie