Ley implacable de la naturaleza: o devorar, o ser devorado. Pueblos e individuos, o víctimas o verdugos.
Mariano José de Larra
Obró mucho el que nada dejó para mañana.
Baltasar Gracián
Pero ahora se sintió liberado del peso de la ciudad de México cada vez más fea, estrangulada en su gigantismo mussoliniano, encerrada en sus opciones inhumanas: el mármol o el polvo, el encierro aséptico o la intemperie gangrenosa.
Carlos Fuentes
Palabras de amable reconvención no pueden menos de agradar al que escucha. Pero la meditación sobre ellas es lo que verdaderamente importa.
Confucio
Ninguna pasión despoja con tanta eficacia a la mente de todos sus poderes de actuar y razonar como el miedo.
Edmund Burke
Ahora mismo, somos superiores al Real Madrid y el Barcelona.
Enrique Cerezo
Es mejor vivir entre los hielos que entre las virtudes modernas.
Friedrich Nietzsche
Las alianzas no son un fin; las alianzas son un medio de conseguir el fin que se apetece; el fin consiste en los intereses permanentes de la nación; las alianzas deben proporcionar este fin.
Juan Donoso Cortés
La palabra es una herramienta de lucha.
Juan Gelman
La libertad no consisite solamente en seguir la propia voluntad, sino también a veces en rehuirla.
Kōbō Abe
Vengo del fondo de los Tiempos, cuando el mundo empezaba a nacer... ¡Soy tan antiguo y tan nuevo como la luz de cada día!
Mário Quintana
La injusticia en cualquier lugar es una amenaza en todos lados.
Martin Luther King
Terrible vicio es el juego; y como todas las corrientes de las aguas van a para al mar, así no hay vicio que en el jugador no se halle.
Mateo Alemán
Un pintor italiano llamado Carlotti definió la belleza. Dijo que era la suma de las partes trabajando juntas de tal modo que no se necesitaba añadir o alterar nada más. Eso eres tú. Eres preciosa.
Nicolas Cage
Es la función de todo comandante aquella de hacerse odiar por sus soldados, para que cuando acometan una orden en batalla la ejecuten con todo ese odio que reservan para ti, el odio extremo que les lleva a matar... Pero nunca pude imaginar que se pudiera llegar a odiar tanto, tanto odio, que se negaran a obedecer las órdenes de un superior; no se puede odiar tanto, no es posible.
William Faulkner
El cerebro es mi segundo órgano en importancia.
Woody Allen