El castigo del Purgatorio consiste en estar privado de Dios, y lo padece el alma de tres maneras dolorosas: deslumbrada por la luz divina, está sin embargo todavía en la oscuridad, cautivada por la Belleza y la Santidad del Señor, se siente oprimida, atraída por el Amor divino, está todavía alejada de El.