La iglesia no insiste en que es un "lugar" ni un "destino", sino un proceso por el que pasa el alma para purificarse de sus pecados y que tendrá un final feliz, tan feliz como que el sufriente acabará por llegar al Cielo, para descansar durante una eternidad junto a Dios.
Mi cuerpo no resiste y no hay cerveza en la nevera estoy pensando en follarme a mi osito de peluche.