Un hombre tiene que ser escultura para satisfacer, una mujer para satisfacer solo sonríe, no es lo mismo tener el brazo tendido que la boca abierta.
María Félix
Claro y amarillo:
Alfonso Reyes Ochoa
La alegría es un arma superior al odio, las sonrisas más útiles, más feroces que los gestos de rabia y desaliento.
Almudena Grandes
Cuando inclino la cabeza para esconder una lágrima, estoy viviendo y muriendo lo que ordena la guitarra.
Atahualpa Yupanqui
Elija ser positivo. Usted tiene esa opción, es el dueño de su actitud. Elija ser positivo, constructivo. El optimismo es el hilo conductor hacia el éxito.
Bruce Lee
La ocupación desplaza a la preocupación, y los problemas al enfrentarlos desaparecen. Así los problemas deben hacernos más fuertes, de los fracasos aprender y hacer de los éxitos estímulos callados.
Carlos Slim
El amor mueve el Sol y las demás estrellas.
Dante Alighieri
Cuando la soledad se me volvió un rito sin sentido, y el mar y el universo me negaron su sal y sus estrellas, desembarqué en este pequeño recodo donde abril come astros a falta de miel y primaveras que alimenten la rosa de sus días...
Delia Quiñonez
Hay que aprender a pedir ayuda sin depender y hay que aprender a recibir ayuda sin creer que uno está dependiendo.
Jorge Bucay
La realización de la utopía depende de lo que hagamos nosotros. Somos los responsables de nuestro destino.
José Pablo Feinmann
"Haz zig cuando todo el mundo haga zag". Era su forma de decirle que a menudo el camino más rápido para alcanzar el éxito es ir a contracorriente.
Ken Robinson
Estas chicas tienen síndrome de cenicienta: viven en un mundo prestado.
Moria Casán
La venganza se quiere realizar cuando uno se encuentra impotente; si se elimina la sensación de impotencia, desaparece el deseo de venganza.
Paul Watzlawick
Deja el lugar en que vives y busca otras tierras, ¡oh joven! y se te abrirán nuevos horizontes.
Petronio
Soy bastante modesto, no quiero decirle a la gente que soy un líder.
Pol Pot
Me interrumpo para señalar que me siento extraordinariamente bien. Quizá sea el delirio.
Samuel Beckett