El dolor, la amargura, las sombras el aliento en huida, la muerte luego la luz que de repente vino y tú fuiste marcando sus aristas celestes ante el asombro alegre de mis ojos.
María Elvira Lacaci
Sólo quería informarle que la confianza con que me honran los compañeros no me permite jugar con nada que no sea dinero en efectivo. Por mi parte, claro está, estoy seguro de que con su palabra basta, pero, para el buen orden del juego y de las cuentas, le ruego que coloque la suma sobre la carta.
Aleksandr Pushkin
Espiritualmente a ninguna, materialmente a todas.
Arturo Frondizi
La juventud tiene su lucha, que es derribar a las oligarquías entregadoras, a los conductores que desorientan y a los intereses extraños que nos explotan.
Arturo Jauretche
En el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
Erasmo de Róterdam
Habrá amigos que nos declaren sin reservas nuestras faltas y, sin embargo, no se decidirán a hacernos mención de nuestras locuras.
Felipe Stanhope de Chesterfield
La banalidad es el abono de la vida, ¿no?
Fred Vargas
Se dice que nunca hay ratas y ratones en el mismo sitio, pero los hay cuando la comida basta para los dos.
George Orwell
Y es triste no estar ya triste sin ti.
Georges Brassens
Me gustan los epitafios; ellos son, entre la gente civilizada, una expresión de aquel piadoso y secreto egoísmo que induce al hombre a arrancar de la muerte un harapo al menos de la sombra que ha pasado.
Joaquim Machado de Assis
Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas.
Julio Cortázar
En caca seca no se paran ni las moscas. ¿No es eso la Pureza? No.
Ko Un
El único matrimonio que siempre hace feliz al hombre es el de sus hijos.
Noel Clarasó
Se nos muere el amor, tiene fiebre de frío, se nos cayó de la cama cuando lo empujó el hastío.
Ricardo Arjona
La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.
Sun Tzu
Sé previsor, vela en la oración, humíllate en toda ocasión.
Tomás de Kempis