Frase de María Dueñas

← Anterior Siguiente →
La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana.... - María Dueñas

La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana.

María Dueñas

Todas las frases de María Dueñas →

Explorar Frases

No esperes que aquellos que violan las disposiciones de Dios sean veraces o sinceros en la fe que profesan. Evítalos y mantén guardia estricta sobre ti, no sea que sus maquinaciones y maldades te dañen. Apártate de ellos y fija tu mirada en Dios, tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso.

Baha'ullah

Ninguna sociedad puede subsistir sin autoridad, sin fuerza y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de placer y los impulsos desenfrenados.

Baruch Spinoza

Nada resulta tan intimidatorio para el estudiante de arte principiante -e incluso para muchos artistas experimentados- como una hoja de papel de dibujo limpia, blanca e impoluta. Un modo de superar esta aprensión es empezar a dibujar libremente y con confianza.

Betty Edwards

Para ser honrada, a mucha gente no le falta más que el dinero.

Carlo Dossi

El misántropo no aborrece tanto a los demás hombres como a sí mismo.

Charles Chincholle

El tedio puede escuchar todas las voces tentadoras, tiene camino para todos los extravíos, y no hay aberración que en un momento dado no pueda servirle de espectáculo.

Concepción Arenal

No demuestro mi amor con un beso, lo demuestro bailando.

Fred Astaire

La Doncella está cerca de vosotros; ella no puede, como antaño, llevar ante vosotros la bandera, pesadas cadenas la retienen; pero su alma, libre, se lanza fuera de la prisión en alas de vuestro canto guerrero.

Friedrich Schiller

El despecho es una cólera que tiene miedo de mostrarse; es un furor impotente que se da cuenta de su impotencia.

Henri-Frédéric Amiel

El punto es, que soy raro, pero nunca me sentí raro.

John Frusciante

Sólo se debe emplear en un libro la dosis de ingenio que se requiere, pero en la conversación se puede emplear más de la que se requiere.

Joseph Joubert

Hasta nuestro propio decoro como pueblo viril nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide ocupar definitivamente en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad los territorios más ricos y fértiles de la República.

Nicolás Avellaneda

Yo si quieres te hablo del Renacimiento.

Sonia Arenas

Es rico quien disfruta de lo que posee.

Talmud

En cuanto al mundo, yo lo considero no como una posada, sino como un hospital, un lugar no para vivir, sino para morir en él.

Thomas Browne