Frase de Marguerite Duras

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Veo a los periodistas como trabajadores manuales, los obreros de la palabra. El periodismo solo puede ser literatura cuando es apas... - Marguerite Duras

Veo a los periodistas como trabajadores manuales, los obreros de la palabra. El periodismo solo puede ser literatura cuando es apasionado.

Marguerite Duras

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El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso, y ese beso a mí en el tiempo.

Hay en la intimidad un límite sagrado que trasponer no puede aun la pasión más loca siquiera si el amor el corazón desgarra y en medio del silencio se funden nuestras bocas.

¿He de afligirme porque una suerte halagüeña se disipe rápidamente? Un encuentro momentáneo y una memoria larga es lo que hace al alma rica y noble.

Los que son capaces, crean; los que no son capaces, enseñan.

George Bernard Shaw

No hay buenas o malas influencias, sino buenas o malas naturalezas digestiva.

Me gustaría invitarlas a que vengan conmigo a Oviedo. Nos vamos en una hora. Comeremos bien, beberemos buen vino, haremos el amor.

De niño fui muy tímido porque no tenía a nadie con quien hablar. Era muy vergonzoso y lo que solía hacer era leer a Oscar Wilde y a Dylan Thomas, libros que mi tía tenía y que hablaban del sufrimiento provocado por las visiones.

¿Qué las masas son incapaces para juzgar y adoptar resoluciones acertadas? Renunciemos entonces a la democracia.

José Batlle y Ordóñez

¿Que fue la revolución rusa?

El dolor siempre cumple lo que promete.

Madame de Staël

La vanguardia no pasa por pretender delimitar la verdad, sino por no contarnos más mentiras los unos a los otros.

Manuel Vázquez Montalbán

El consenso de la intelectualidad no es necesariamente correcto, al margen de cuántos le den crédito, o durante cuántos años perdure la creencia. Puede ser errónea. De hecho, puede ser muy errónea. Y nunca debemos olvidarlo. Porque volverá a ocurrir. Y en realidad así ha sido.

Michael Crichton

A Mascherano y Keita no me los quitéis porque son mis niñitas. Son dos soles. Mascherano es el capitán de Argentina. Son dos jugadores impagables. Da sentido a la profesión de entrenador el tener jugadores como estos.

El oficio de químico (reforzado en mi caso por la experiencia de Auschwitz) nos enseña a superar, e incluso a ignorar, ciertas repugnancias que no tienen nada de necesario ni de congénito. La materia es materia, ni noble ni vil, con infinitas posibilidades de transformación, y no importa en absoluto su más reciente origen.

La mejor medicina es un verdadero amigo.

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