No sé por qué le quería hasta el extremo de querer morir de su muerte. Nada nuevo podía alcanzar ese amor. Yo había olvidado la Muerte.
Marguerite Duras
Vivir es lo contrario de amar.
Albert Camus
Si algo he aprendido en las cavilaciones de mi larga vida es que estamos mucho más lejos de poseer un profundo conocimiento de los procesos elementales de lo que cree la mayoría de nuestros contemporáneos, de modo que las celebraciones responden poco a la situación real.
Albert Einstein
Yo tengo una vida, y no la he ganado en ningún sitio.
Antonio Mingote
Las redes informales son especialmente decisivas para resolver problemasimprevistos.
Daniel Goleman
Las hojas nada dicen que no esté claro en las hojas.
Enrique Lihn
Al final lo que queda es abrazarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar en medio de la balacera que es la vida.
Fito Páez
Abro un viejo libro y leo en él que la mujer ama todavía aquel a quien engaña.
George Meredith
Que avance la cultura intelectual, que las ciencias naturales progresen en mayor medida y profundidad, y que la mente humana se expanda tanto como le plazca. No superarán la cultura moral del cristianismo que se irradia de los Evangelios.
Goethe
Y cuando un hombre está muy triste, no porque tenga dolor de muelas o haya perdido dinero, sino porque alguna vez por un momento se da cuenta de cómo es todo, cómo es la vida entera y está justamente triste, entonces se parece siempre un poco a un animal; entonces tiene un aspecto de tristeza, pero es más justo y más hermoso que nunca.
Hermann Hesse
Por desgracia, una cosa es sentir y otra expresar bien lo sentido.
Juan Valera
El arte de agradar es el arte de engañar.
Luc de Clapiers
Los insectos de verano caen muertos sobre mis libros.
Masaoka Shiki
Para mis 16, quiero un auto viejo Corvette, negro con tres líneas.
Miley Cyrus
En los diarios anda todo el presente.
Oswald de Andrade
Toda obra de arte tiene un autor, pero cuando es perfecta, sin embargo, tiene algo de anónima. Imita el anonimato del arte divino. La belleza del mundo, por ejemplo, es muestra de un Dios a la vez personal e impersonal, y ni lo uno ni lo otro.
Simone Weil