La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos: por lo tanto, Guardia en consecuencia, y cuidar de que se entretienen sin nociones inadecuadas a la virtud y el carácter razonable.
Marco Aurelio
Las lágrimas son la sangre del alma.
Agustín de Hipona
En general, sólo hablan mal de la vida aquellos a quienes se les muestra amiga desde los comienzos de su carrera.
Armando Palacio Valdés
La castidad enmohece.
Camilo José Cela
El movimiento veloz que agita el mundo no se oye sino andando.
Félicité Robert de Lamennais
Tarsis.- Todo lo que es nauseabundo, y fétido, y sórdido, y abyecto, se resume en una palabra...¡Dios!
Fernando Arrabal
En el lenguaje científico la claridad es la única estética permitida.
Gregorio Marañón
La peor vejez es la del espíritu.
Henry Hazlitt
Todo poder humano está compuesto de tiempo y paciencia.
Honoré de Balzac
Sabemos que el espacio político es el de la mentira por excelencia; y mientras que la mentira política tradicional se apoyaba en el secreto, la mentira política moderna ya no esconde nada tras de sí, sino que se basa, paradójicamente, en lo que todo el mundo.
Jacques Derrida
Cuando las pequeñas prioridades demandan mucho de nosotros, surguen grandes problemas.
John C. Maxwell
La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama.
José Martí
Todos decímos que hacemos la radio en libertad... Pero una radio en libertad en la que te expongas a que los oyentes te pongan verde.
Luis del Olmo
El poderío militar y económico es manejado por el hombre.
Mao Zedong
Se necesita un amigo. No es necesario que sea hombre, basta que sea humano, basta que tenga sentimientos, basta que tenga corazón. Se necesita que sepa hablar y callar, pero sobre todo que sepa escuchar.
Vinicius de Moraes
El interior burgués del XIX, con sus aparadores gigantescos y repletos de tallas, los rincones oscuros donde hay una palmera, el mirador cerrado, atrincherado, por detrás de la balaustrada y los largos pasillos con la llama de gas siempre cantando, es una vivienda solamente adecuada a un cadáver.
Walter Benjamin