Jala-Jalas, chupamedias, mequetrefes.
Marcelo Rodríguez
Moisés no percibió todas estas cosas como verdades eternas, sino como preceptos e instituciones, y las prescribió como leyes. De donde resulto también que imaginaban a Dios como un rector, un legislador, un rey misericordioso, justo, etc.
Baruch Spinoza
Yo doy el 98 por ciento de mi energía mental al ajedrez. Otros dan apenas el 2 por ciento.
Bobby Fischer
Me había convertido en un esclavo preso en las redes del opio, y mis trabajos y mis planes cobraron el color de mis sueños.
Edgar Allan Poe
Si estuviéramos seguros de que las alabanzas que se nos otorgan eran merecidas, nos parecerían siempre excesivas; nuestra avidez de ellas resulta del hecho de que no nos convencen.
Edmond Rostand
Hay personas tan ligeras y tan frívolas, que son tan incapaces de tener verdaderos defectos como sólidas cualidades.
François de La Rochefoucauld
La diligencia en escuchar es el más breve camino hacia la ciencia.
Juan Luis Vives
Amar es lo contrario de utilizar.
Juan Pablo II
Hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido.
Konrad Adenauer
Al comienzo, el conocimiento es sensorial. Al acumularse suficiente conocimiento sensorial, se produce un salto al conocimiento racional, es decir, a las ideas. Este es un proceso en el conocimiento.
Mao Zedong
Una cosa es la doctrina de Cristo, apartada de todos los intereses de esta tierra, y otra cosa es esta misma doctrina practicada por la iglesia, brutalmente materialista desde que se empezó a constituir como potencia.
Mijaíl Bakunin
Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice.
Peter F. Drucker
El tiempo de las armas no es el de las leyes.
Plutarco
Si tienes alguna hija, ella será la plaga de tu vida, no habrá paz para ti aunque hayas enterrado ya a tu mujer. A los veinte años hará burla de todos los deberes que le hayas inculcado. ¡Qué peste es una hija obstinada!
Richard Brinsley Sheridan
Y, quizás, los mástiles, invitando a las tormentas son los que un viento inclina sobre los naufragios perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni islas fértiles... ¡Pero, oh corazón mío, escucha el canto de los marineros!
Stéphane Mallarmé
El jabón, el agua y el sentido común son los mejores desinfectantes.
William Osler