Los fusiles no se pierden fácilmente, pero los hombres sí, pues caen heridos, mueren, se enferman o desertan.
Mao Zedong
La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.
Aristóteles
El que se muda con la fortuna, confiesa no haberla merecido.
Diego de Saavedra Fajardo
La tiranía de una multitud es una tiranía multiplicada.
Edmund Burke
Los paralelismos entre lo que hicimos en Vietnam y lo que ahora estamos haciendo en Iraq son increíbles.
George Lucas
Por cada momento de triunfo... Por todas las instancias de la belleza, muchas almas deben ser pisoteadas.
Hunter S. Thompson
La lectura de la historia me ha convencido de que todo gobierno se vuelve malo por gobernar demasiado.
John Sharp Williams
Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios -ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas- habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: habéis de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar, expiar y expiar.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Nunca hay que dolerse del tiempo que ha sido preciso gastar para hacer el bien.
Joseph Joubert
Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza.
Juvenal
Algunas veces la razón me parece ser la facultad de nuestra alma para no comprender nada de nuestro cuerpo.
Paul Valéry
La imagen no tiene un valor absoluto. Imágenes y sonidos deberán su valor y su poder sólo al uso que tú les asignes.
Robert Bresson
El aprendizaje de ratero tiene esta ventaja: darle sangre fría a uno, que es lo más necesario para el oficio. Además, la práctica del peligro contribuye a formarnos hábitos de prudencia.
Roberto Arlt
La primera de las virtudes es la alegría; es preciso que el que obra bien se regocije de su propia conducta.
Romain Rolland
Ser tu puerta, tu luz cuando te alejas, alguien que no trató de ser amada.
Silvina Ocampo
¡Queridos amigos míos! El placer llega, pero no para quedarse.
Theodore Tilton