Aquellos que eran inferiores a todos, están ahora por encima de todos, y por eso se afirma que el mundo se ha vuelto patas arriba.
Mao Zedong
Igual que con el hombre del cuento, que convierte en oro todo lo que toca, en mi caso se convierte todo en griterío de periódicos.
Albert Einstein
Amor es deseo de conocimiento.
Cesare Pavese
Si admitimos que la vida humana puede ser gobernada por la razón, entonces toda posibilidad de vida es destruida.
Emile Hirsch
No quiero labrar mi felicidad; quiero realizar mi obra.
Friedrich Nietzsche
La gente debe entender que la ciencia no posee intrínsecamente un potencial para el bien ni para el mal. Se trata de un potencial que puede ser aprovechado por el hombre para hacer su voluntad.
Glenn T. Seaborg
Los hombres se vuelven más civilizados no en proporción a su deseo por creer, sino en proporción a su buena disposición a dudar.
H. L. Mencken
El más diminuto dolor en nuestro dedo pequeño nos preocupa más que la destrucción de millones de nuestros semejantes en el mundo entero.
Henry Hazlitt
Tres cosas esenciales para ser feliz: tener algo que hacer, algo que amar y algo que esperar.
Joseph Addison
Y si no podemos vibrar con la magia de un beso porque nos puede el instinto. ¿Qué será del amor?
Juan Camilo Betancur Echeverry
Los imperios decaen por dos circunstancias: la ineptitud y corrupción a nivel humano y moral de sus líderes y el despilfarro y la falta de austeridad en sus sociedades, corrompidas con el sustento fácil que proporcionan sus dirigentes.
Juan Eslava Galán
El amor no es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el Tú sea su contenido u objeto; el amor está entre el Yo y el Tú. Quien no sepa esto, y no lo sepa con todo su ser, no conoce el amor, aunque atribuya al amor los sentimientos que experimenta, que siente, que goza y que expresa.
Martin Buber
Para agradar debes olvidarte de ti mismo.
Ovidio
Deja llenarme de tu desnudez para vestirme por dentro.
Ricardo Arjona
Quien a ser traidor se inclina, tarde volverá en su acuerdo.
Tirso de Molina
El modo de crear tal modelo es imaginar cuál de los que están en torno a nosotros sabe cómo conformarse al protocolo, a la rectitud y a las conveniencias; cuál demuestra la mayor valentía; cuál es el más elocuente; cuál es aquél cuyo comportamiento es el más irreprochable; cuál es el más íntegro; cuál tiene el mayor espíritu de decisión en caso de crisis. A partir de todos estos elementos, es necesario imaginar un ser reuniendo todas estas cualidades. La síntesis constituirá un excelente modelo, digno de ser imitado.
Yamamoto Tsunetomo