Todas las ideas erróneas, todas las hierbas venenosas y todos los monstruos y demonios deben ser sometidos a crÃtica; en ninguna circunstancia podemos tolerar que cundan libremente. Sin embargo, la crÃtica debe ser plenamente razonada, analÃtica y convincente, y no burda, burocrática, metafÃsica o dogmática.