Dios creó el mundo en sólo seis días, y esa prisa se nota.
Manuel Vicent
Sufrimos o nos deleitamos en función de sentimientos reales. En sentido estricto, las emociones son exterioridades.
António Damásio
Así, el verdadero espíritu positivo consiste, ante todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales.
Auguste Comte
Lo que el mundo llama genio es el estado de enfermedad mental que nace del predominio indebido de algunas de las facultades. Las obras de tales genios no son nunca sanas en sí mismas y reflejan siempre la demencia mental general.
Edgar Allan Poe
La fórmula única, definitiva, fundamental de nuestra existencia como pueblo libre, es Mayo, Progreso, Democracia.
Esteban Echeverría
Si quieres hallar en cualquier parte amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
Georges Duhamel
Me gusta el cuerpo. Me gusta el diseño de todo lo relacionado con el cuerpo.
Gianni Versace
Desear es obtener; aspirar es alcanzar.
James Allen
Cuando un hombre siente que no puede dejar su trabajo, es un signo seguro de un colapso inminente.
Louis Brandeis
Comparo a los enjoyados y ricos nobles con los millones de pobres. Y no tengo más remedio que decir a estos nobles: No habra salvación para la India a menos que os desembaracéis de esas joyas y las depositéis a nombre de todos vuestros compatriotas indios.
Mahatma Gandhi
Sólo hay una vida y un sentido para darle, y no pienso esperar al tiempo, porque el nunca se paró a esperarme.
Nach
En el arte no hay malos motivos, hay motivos mal empleados.
Raul Soldi
El aprendizaje es hijo de la repetición. Significa que la repetición es una poderosa herramienta para la enseñanza, mediante la repetición, una idea nueva se convierte rápidamente en una convicción.
Robin S. Sharma
No hay nada más poético ni más grandioso que el amor de dos personas que nunca han hablado de amor.
Severo Catalina
Nadie está libre de pecados. Todos somos ladrones.
Shakira
Tuve la suerte de tener algunos profesores buenos en mi juventud, hombres y mujeres que se introdujeron en mi pequeña cabeza y encendieron una cerilla.
Yann Martel