Mi novia es Galicia, madre y señora.
Manuel Fraga Iribarne
Lo nunca dicho se disuelve en un té, como el infiel dice, nunca lo haré
Amaia Montero
Casi todos los hombres ganan al ser conocidos.
André Maurois
Y seguiré naufragando en mares ajenos hasta naufragar en mi propio mar.
Antonio Porchia
Si antes había diez personas con derecho a una beca de comedor, y ahora hay 20 personas que la quieren, no hay que dársela a los diez últimos que han llegado. Habrá que aumentar las becas del comedor hasta 20.
Celestino Corbacho
Las riquezas no consisten tanto en la posesión de los bienes como en el uso que de ellos se hace.
Demócrito
El tiempo revela todas las cosas: es un charlatán y habla hasta cuando no se le pregunta.
Eurípides
No tenemos bastante fuerza para seguir todas las indicaciones de nuestra razón.
François de La Rochefoucauld
Si hablo de mis penas y alegrías es porque para mí eso es ser amiga: contarlo todo.
Gisela Valcárcel
La confianza es la tranquilidad con que la mariposa se aposenta encima de un cocodrilo.
José Víctor Martínez Gil
La historia romántica es una historia falsa. ¿Tendremos algún día en Cataluña una auténtica y objetiva historia?, ¿tendremos una Historia que no contenga las memeces de las historias puramente románticas que van saliendo?
Josep Pla
Llamo intereses a las orientaciones básicas enraizadas en las condiciones fundamentales de la posible reproducción y autoconstitución del género humano, es decir, en el trabajo y en la interacción.
Jürgen Habermas
La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura.
Lin Yutang
Siempre que sueño que estoy muerto me siento como si volviera a casa cansado de andar perdido.
Richard Brautigan
No me niegues que a veces, al despertar, quisieras refugiarte nuevamente debajo de mis manos, quedarte quietecita, apenas respirando, convertida en la misma huella de la noche.
Roberto Obregón
Hay muy pocos que no prefieran ser odiados a ser objeto de risa.
Sydney Smith