Yo creo que no debemos respetar nunca las ideas contratias a las que profesamos. Debemos, sí, respetar a las personas que las sustenten, pero nada más.
Manuel de Falla
Con arte se quebrantan los corazones duros, tómanse las ciudades, derribanse los muros, caen las torres altas, álzanse pesos duros; por arte juran muchos, por arte son perjuros.
Arcipreste de Hita
Debíamos aprender todavía que el Diablo creó la juventud para que cometiésemos nuestros errores y que Dios instauró la madurez y la vejez para que pudiéramos pagar por ellos.
Carlos Ruiz Zafón
Uno debería intentar hacer todo lo posible durante su carrera, excepto bailar música folk y cometer incesto.
Christopher Lee
La coquetería es la conquista del espíritu por los sentidos.
Coco Chanel
Algunas veces en la vida conviene tener los ojos muy abiertos, otras a la mitad y otras más bien cerrados. La cuestión esta en saber cómo cada vez.
Doménico Cieri Estrada
La vejez es, como la maternidad, una especie de sacerdocio.
François-René de Chateaubriand
Quien por un amor muy grande (lo que finalmente es una locura) muere, renace para ya no conocer ni amor ni odio, sólo para gozar.
Henry Miller
El sexo cariñoso, el sexo apasionado, el sexosensual, el sexo espaciado, el sexo urgente, el sexo inesperado, el sexo de gourmet, el sexo juguetón, el sexo tierno, el sexo blando, el sexo duro, el sexo romántico, el sexoegoísta, el sexoerótico.
John Gray
Como las olas, tu recuerdo viene y se va.
José Ángel Buesa
El azote pasó. Los grandes criminales deben ser condenados inexorablemente; los secuaces y ciegos instrumentos, generosamente perdonados.
Juan Montalvo
Todo el mundo ama y admira a la mujer coqueta, la única excepción es su marido.
Molière
Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer.
Pablo Picasso
Podéis observar que soy bien educado hasta llegar a un grado de escrupulosidad innecesaria.
Samuel Johnson
El joven debe aprender. El viejo, aprovechar lo aprendido.
Séneca
El hombre no es ni una piedra ni una planta, y no puede justificarse a sí mismo por su mera presencia en el mundo.
Simone de Beauvoir