Si un pintor no es el más útil, es el menos perjudicial miembro de una sociedad.
Man Ray
La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento en que se presenta.
Alejandro Dumas
Uno de los remedios más eficaces para que las cosas no cambien nunca por dentro es renovarlas constantemente por fuera.
Antonio Machado
¿Viejas las cosas de Dios? Dios nace cada hora.
Fernán Caballero
No hay nada mejor que el olor a tierra limpia, con excepción del fresco olor que despiden las pequeñas plantas luego de una lluvia. Cuando llueve, muchas veces salgo al páramo y me tiendo bajo los matorrales a escuchar como caen las gotas de lluvia sobre el brezo.
Frances Hodgson Burnett
Tan sólo el cegador instante de la pasión -la pasión libre, no cohibida, irresistible-, esa es la única salida por la que podemos huir de la miseria de lo que los esclavos llaman vida.
James Joyce
Que la historia me juzgue, pido perdón si me equivoco.
Julio Cobos
Mi padre, que murió hace muchos años por causas naturales, era un hombre tranquilo. Tenía una importante colección de armas de fuego y me la legó. Se están enmoheciendo.
Kurt Vonnegut
Me expreso. Luego existo. Y puedo llamarme hombre.
Luis Alberto Costales
Es necesario construir mentalmente un hipótesis teórica y someterla a la prueba de las mediciones experimentales.
Max Planck
Un día leí un libro y toda mi vida cambió.
Orhan Pamuk
Dondequiera que miro no veo otra cosa que reminiscencias de la muerte.
Ovidio
Todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada.
Parménides de Elea
No hay, en mi dictamen, hombre que aprecie más la virtud y la siga con más gusto, que el que por no hacer traición a su conciencia, ha perdido la reputación de hombre de bien.
Séneca
Por supuesto, los ciudadanos de Ankh-Morpork siempre mantenían que el agua del río era increíblemente pura. Cualquier agua que hubiera pasado por tantos riñones, razonaban, tenía que ser pura a la fuerza.
Terry Pratchett
Nadie asalta restaurantes. Bares, licorerías, gasolineras... te vuelan la cabeza en el asalto. Los restaurantes, por otro lado, los agarras con los pantalones abajo y no esperan que los asalten. Bueno, no lo esperan tanto.
Tim Roth