Para nuestra patria, pobre cual ala de perdiz, libros sagrados... y una herida en la identidad.
Mahmud Darwish
Un intelectual es una persona cuya mente se mira a sí misma.
Albert Camus
Aprendiste más de tus enemigos que de tus amigos.
David Valois
Soy un neoyorquino, ya sabes.
Edward Norton
Existe un aumento preocupante de la censura online en los gobiernos.
Eric Schmidt
Es evidente que la soledad resulta peligrosa para las mentes que piensan demasiado. Necesitamos ver a nuestro alrededor a hombres que piensen y hablen. Cuando permanecemos solos durante mucho tiempo, poblamos de fantasmas el vacío.
Guy de Maupassant
Cuando el creador es original por naturaleza, poco importan los medios de que se vale para fijar su pensamiento.
Heitor Villa Lobos
No se debe confiar en la facilidad y la convicción que otorga la abstracción.
Jorge González Moore
No me importa lo que digan de mi, yo solo sé lo que soy y lo que no soy.
Miley Cyrus
Somos inquebrantables, dejarles bombardear, la OTAN será forzosamente vencida, estamos decididos a no cambiar nada en nuestro país a no ser por nuestra propia voluntad y no por la de sus aviones.
Muamar el Gadafi
Sé previsor con todas las cosas.
Periandro
Quienes se preocupan por la técnica yerran en todo.
Salvador Dalí
Cuando una muchacha no nos hace en seguida, desde la primera mirada, una impresión tan fuerte que sea capaz de hacer despertar en nosotros una imagen ideal de sí misma, no es, en general, digna de que nos tomemos el trabajo de buscarla en la realidad. Pero si despierta esa imagen, entonces nos sentimos, por grande que sea nuestra experiencia, como dominados, arrastrados por una fuerza desconocida.
Søren Kierkegaard
La tranquilidad de su tono en cursiva espere la malicia de su respuesta.
Truman Capote
Los hombres buenos no están exentos de un pensamientoegoísta; y así en algunos momentos Jean Valjean pensaba, con una especie de júbilo, que Cosette sería fea.
Victor Hugo
No seas demasiado interpretativo. El hombre es mucho más irreflexivo y confuso de lo que piensan aquellos a quienes un destino envidioso ha convertido en poetas.
Walter Serner