No puedes ser dueño de un hijo de Dios.
Mahershala Ali
¡Por eso amamos el ajedrez! Nos gusta el juego por sus ilimitadas posibilidades, por sus intrépidos arrebatos de imaginación, por el ancho campo que ofrece para la investigación y la inventiva. Esto es por lo que decimos que el ajedrez es un arte.
Aleksandr Kótov
Corre como ratero de mercado.
Alfonso Lanzagorta
Ante tales pintoresquismos, no hay que extrañarse de que los hispanistas naveguen desorientados. España no es que sea diferente; es que es inverosímil.
Amando de Miguel
Recuerda lo que había antes de haberlo aprendido todo.
Ángela Álvarez Sáez
La felicidad no es nada fácil de conseguir; la felicidad es construida por ti y por los que te rodean.
Arcángel
Hasta la luz y el sonido tienen límite de velocidad.
Chuck Palahniuk
Pero la felicidad de uno pasa por eso precisamente, por hacer lo que creemos correcto, aunque no guste a todos...
Esteban Navarro
Los ojos de los muertos se cierran cuidadosamente, con no menos cautela deberíamos abrir los ojos de los vivos.
Jean Cocteau
Cada vez que las facultades humanes alcanzan su plenitud, necesariamente se expresan mediante el arte.
John Ruskin
Vivimos en una época en que las ideas superfluas abundan en demasía, mientras las más necesarias faltan.
Joseph Joubert
La vida consiste en ajustarse a las condiciones reales y tomar las cosas como realmente son, no como uno desearía que fueran.
Ludwig von Mises
Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz.
Miguel Ángel Asturias
Otro sentido, nunca presentido cubre hasta el deseo realizado; De modo que el placer aún disfrutado, jamás podrá igualar al inventado.
Reinaldo Arenas
Sus ojos fijos en la parte inferior de mi cara como si me leyese los labios, y después de un momento de reflexión (su comprensión amatoria era incomparable) dio la vuelta rápidamente y cimbreándose sobre sus esbeltas caderas, me condujo por el pasillo alfombrado de azul.
Vladimir Nabokov
El pecado, el amor y el miedo son sólo los sonidos que las personas que nunca pecaron, ni amaron ni han sentido miedo pronuncian pensando que saben lo que significan esas palabras.
William Faulkner