Los medios impuros desembocan en fines impuros.
Mahatma Gandhi
Para gobernar a los hombres hay que conocerlos, despreciarlos y amarlos al mismo tiempo.
Achille Tournier
Amélie no tenía un hombre en su vida, lo habían intentado pero el resultado nunca había estado a la altura de sus expectativas. En cambio, cultiva el gusto por los pequeños placeres: hundir la mano en un saco de legumbres, partir el caramelo quemado de la Crema Catalana con la cucharilla y hacer rebotar las piedras en el canal Saint Marthin.
André Dussollier
El diablo me sopla donde invertir a cambio de un porcentaje.
Andrés Rábago García
Hay que vivir sin imposturas, vivir de modo que con el tiempo nos lleguemos a ganar el amor del espacio, y oigamos la voz del futuro.
Borís Pasternak
Una sociedad se autoproduce sin cesar porque se autodestruye sin cesar.
Edgar Morin
El Estado, al igual que el suelo sobre el que se halla situado, no es un patrimonio. Consiste en una sociedad de hombres sobre los cuales únicamente el Estado tiene derecho a mandar y disponer. Es un tronco que tiene sus propias raíces.
Immanuel Kant
La individualidad, concebida como un desarrollo temporal implica incertidumbre, indeterminación o contingencia. La individualidad es la fuente de todo lo que es impredecible en el mundo.
John Dewey
¿Nunca tuvieron la sensación de haber sido estafados?
John Lydon
Cuando acude la buena dicha, acude para todo, y lo mismo cuando la desdicha acude.
Juan Valera
Nada contiene el mundo que sea durable, excepto la inconstancia, que es la constante: sigue esta regla, y no hallarás errada jamás tu cuenta.
Melchor de Palau
La persona que tiene la mirada virgen seguro que no se equivoca cuando elige un cuadro.
Raul Soldi
Todas las mujeres de edad avanzada que yo conozco pueden dividirse en tres clases: las ancianas amables, las mujeresancianas y las viejas brujas.
Samuel Taylor Coleridge
Los sueños son segregaciones de pensamientos ahogados en germen.
Sigmund Freud
La claridad molesta siempre al prójimo. De ahí el favor sentimental de que gozan los poetas.
Stendhal
Amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios, pero que ésto sea a costa de nuestros brazos, que esto sea con el sudor de nuestros rostros.
Vicente de Paul