La concuspiscencia de la mente sólo puede ser eliminada mediante un intenso autoanálisis, una entrega total a Dios y, por último, a la gracia.
Mahatma Gandhi
... y me lo he comido yo, ni se me ocurre preguntarte cómo lo has hecho sino de qué marca son...
Alberto Chicote
Hay siempre dos personas en cada cuadro: el fotógrafo y el espectador.
Ansel Adams
La sabiduría es causa de felicidad, porque siendo una parte de la virtud total, hace al hombre dichoso por el solo hecho de poseerla.
Aristóteles
Es indudable que los pueblos del mundo de cualesquiera raza o religión derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios.
Baha'ullah
Era imponderable el desorden y desunión de aquel ejército, en todo el cual no había alguno que mandase, ni atendiese al bien común.
Curcio
Mi personalidad y la de los mios han sido villananente calumniados por la prensa vanal y corrompida de la Ciudad de México.
Emiliano Zapata
El peligro mortal es un antídoto eficaz contra las ideas fijas.
Erwin Rommel
El emperador que hay en ti solo puede dominar a una persona: a ti mismo.
Gao Xingjian
Hay siempre en nuestra infancia un momento en que la puerta se abre y deja entrar el futuro.
Graham Greene
El silencio no es tiempo perdido.
Gustavo Cerati
Cada ley es una infracción a la libertad.
Jeremy Bentham
Como consumidor de pintura creo que su gran rol es justamente aportar el espacio que puede ser inefable.
Le Corbusier
Todas las civilizaciones, como la gente que hay en los cementerios, son mortales. Y nosotros sabemos, como el hecho de que vamos a morir, que las civilizaciones que han llegado a su término no volverán nunca más.
Orhan Pamuk
La existencia del objeto necesita una garantía ajena: justamente la existencia de Dios.
René Descartes
La fotografía, a veces, hace aparecer lo que jamás se percibe en un rostro real (o reflejado en un espejo): un rasgo genético, el pedazo de uno mismo o de un pariente que proviene de un ascendiente. La fotografía ofrece un poco de verdad, con la condición de trocear el cuerpo. Pero dicha verdad no es la del individuo, que sigue siendo irreductible; es la del linaje.
Roland Barthes