La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?.
Mahatma Gandhi
Es de presumir que las mujeres tienen en más su cuerpo que su alma, puesto que la mayoría entregan su corazón sin resistencia y se resisten a entregar su cuerpo.
Alfred de Musset
Los pedales están para pisarlos a fondo. Si quitas el pie del acelerador es para apurar una frenada y si sueltas el pie del freno es para volver a dar gas al máximo.
Carlos Sainz
Del total de las necesidades de la vida, la de los criados es la que constituye la plaga mayor.
Colley Cibber
El diablo es simplemente la ociosidad de Dios cada siete días.
Friedrich Nietzsche
El rumbo de los acontecimientos dependerá de circunstancias ajenas a los designios oficiales.
George Santayana
A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.
Justino Mártir
El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad.
Ludwig van Beethoven
No hay esperanzas para una civilización, cuando las masas están a favor de políticas nocivas.
Ludwig von Mises
Las mujeres blancas sudafricanas son inferiores a las ratas, muy cercanas a las plantas, con la capacidad justa para ser violadas en un acto de preservación.
Nadine Gordimer
La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
Ramón Gómez de la Serna
Pero, hombre, si no estoy ciego, tengo vista normal y hábitos normales.
Salvador Allende
La nación cuya existencia depende de un solo hombre, no puede tener vida duradera.
Simón Bolívar
¿Me permite que le hable de los ángeles, señor Mustachen? -preguntó el patricio en tono cordial-. Conozco dos datos interesantes sobre ellos.
Terry Pratchett
No nos dejaron tocar en los Grammy porque pensaron que no éramos buenos para los ratings. La verdad eso nos hizo muy felices.
Thom Yorke
¡Qué rara es la vida! Nos precipitamos para apartar los destinos que procurábamos entrelazar.
Vladimir Nabokov