Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear.
Mahatma Gandhi
Las personas no sabemos de quién necesitaremos ayuda. Ayuda a las personas que te ayudan.
Aretha Franklin
Nuestra dificultad para creer -a cambio de una palabra mejor-, en la inspiración política del Diablo.
Arthur Miller
Para el alma, la religión constituye un consenso normal exactamente igual al de la salud para el cuerpo.
Auguste Comte
No hace falta que lo admita si eso pone en peligro su sentimiento de masculinidad. Ya sé que ustedes los hombres creen que el tamaño de su tozudez se corresponde con el de sus vergüenzas.
Carlos Ruiz Zafón
En el pequeño mundo en el que los niños tienen su existencia, sea quien sea el que los eduque, nada hay que se perciba y se sienta tan sutilmente como la injusticia.
Charles Dickens
La mejor manera de conservar a los amigos es no pedirles prestado nunca ni prestarles nada.
Charles Paul de Kock
La fe podría definirse brevemente como una creencia ilógica en el advenimiento de lo improbable.
H. L. Mencken
¿Por qué no te callas?
Juan Carlos de Borbón
¿Quién soy en el mundo? Ese es el gran rompecabezas.
Lewis Carroll
La muerte me apasiona, me encanta. Me apasiona el hecho de encontrarla, de ir pensando qué pasa después. Es como una amiga, una compañera. Yo la quiero bien. No hay muerto todavía que haya muerto. ¡Es tan perfecta ella! Nos lleva a todos al mismo silencio.
Miguel Abuelo
La vida me ha enseñado a perdonar mucho, pero nunca a esperar perdón.
Otto von Bismarck
La mala fortuna de muchos filósofos me advierte de no intentar la definición de la belleza.
Ralph Waldo Emerson
¿Y si durmieras? ¿Y si en tu sueño, soñaras? ¿Y si al soñar fueras al cielo y allí recogieras una extraña y hermosa flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano? Ah, ¿entonces qué?
Samuel Taylor Coleridge
Mis dos maridos fueron unas canallas. ¿Para qué voy a querer un tercero?
Scarlett Johansson
Es preciso que tú y yo tomemos la resolución de no faltar nunca a la oración diaria. Digo: diaria, hijas mías, pero si pudiese, diría: no la dejemos nunca.
Vicente de Paul