Halla la recompensa de hacer el bien por el bien mismo.
Mahabharata
Sus antepasados vinieron a Macedonia y al resto de Grecia y nos hicieron gran daño, aunque no le habíamos agredido. Me han designado líder de los griegos, y el deseo de castigar a los persas lo he tomado de usted.
Alejandro Magno
Las Órdenes religiosas no pueden ser asociaciones, porque para ello falta causa lícita. Y no lo es la mendicidad ni la vagancia.
Álvaro de Albornoz
A otros, en cambio, Cristo los llama a seguirlo más de cerca en el sacerdocio o en la vida consagrada. Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: ¡Sígueme!
Benedicto XVI
Mentira tresdoblada, y mortalmente engañosa, es la que miente y engaña diciendo la verdad.
Don Juan Manuel
Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.
Epicuro
Sentir y pensar, considerándolo bien, son como el ciego que guía al cojo.
Franz Grillparzer
¿Por qué una niña buena como tú quiere leer algo así?
Geoffrey Rush
Es una criatura muy interesante y muy distinta de lo que parece. No ha tenido nunca una oportunidad, pero es muy brillante.
Henry James
La distribución desigual de la riqueza del mundo se debe a la distribución desigual del capitalismo.
Johan Norberg
El trabajo intelectual es una manera de conectar con las personas, de formar parte de una conversación en curso. Los intelectuales no marcan el camino ni son prescindibles. Creo que la reflexión teórica es parte de toda buena política.
Judith Butler
No soy lo que soy, soy lo que hago con mis manos.
Louise Bourgeois
... acomplejado, con mala conciencia e ideas confusas.
Mariano Rajoy
La diferencia entre lo sutil y lo vulgar no está más que en tu ignorancia.
Rabindranath Tagore
Todo lo que pudo visualizar fueron visiones fugaces de rasgos sin relación entre sí: el contorno suave de sus pómulos en el sol, la ambarina oscuridad de sus ojos vivos, sus labios en forma de sonrisa amistosa que siempre estaban prontos a cambiarse en un beso ardiente.
Vladimir Nabokov
Para conseguir una llama grande hemos de comenzar con prenderla con pequeñas pajitas.
William Shakespeare