Aprendí a contar hasta diez, a pesar de tener sólo nueve dedos, para no cometer errores. Un error en cualquier otro gobierno es otro error, pero en el nuestro, no puede suceder.
Lula da Silva
Los hombres no tenemos que discutir por qué la Providencia ha creado las razas, sino limitarnos a reconocer que castiga a quien desprecia su obra.
Adolf Hitler
Juan Carlos I, y Sofía después.
Andreu Buenafuente
Un puñado de paciencia vale más que un balde de sesos.
Anónimo
Tened paciencia y tendréis ciencia.
Baltasar Gracián
Yo no analizo jamás, me limito a reaccionar... Yo ando con todos mis prejuicios. Jamás intento mejorarme o aprender algo. No soy uno que aprende, soy uno que evita.
Charles Bukowski
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es-coja.
Francisco de Quevedo
¡Combatir es vivir! La luz sublime entre las sombras de la noche crece: ¡espada que en la lucha no se esgrime, colgada en la panoplia se enmohece!
Francisco Villaespesa
Todo el aspecto sentimental de nuestra sensibilidad estética -sin el cual ésta sería perceptiva y matemática más que estética- se debe a nuestra constitución sexual remotamente excitada.
George Santayana
¡Qué interesantes y encantadores son los juegos del cielo, el agua y la tierra..., precioso espejo donde se refleja ese otro mundo más alto que es la meta de nuestra fe y sueños!
Helen Keller
La besó en la mejilla lo más cerca posible de la boca, deseando con pasión permanecer a su lado eternamente para preservarla de las sombras. Olía a yerbas y tenía la piel fría. Supo que amarla era su destino inexorable.
Isabel Allende
La figura de la muerte, en cualquier traje que venga, es espantosa.
Miguel de Cervantes
El señor escucha las preces de los que piden para olvidar el odio. Pero está sordo para los que quieren huir del amor.
Paulo Coelho
A mi siempre me han atraído las gentes que viven en los márgenes de la sociedad. Me interesaba esa situación en que la persona, bien porque la obligan o bien por decisión propia, vive marginada de la sociedad.
Rabih Alameddine
Hay ciertas cosas que para saberlas bien no basta haberlas aprendido.
Séneca
En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz ni guía sino la que en el corazón ardía.
Sor Juana Inés de la Cruz