Por primera vez se sintió acosado por el animal de la soledad; bicho astuto.
Luis Sepúlveda
Cuando el silencio venga a por mí, en silencio voy a construir una vida a todo color donde vivamos juntos los dos.
Amaia Montero
El dolor te hace fuerte, la traición sagaz y la experiencia invencible.
Anónimo
Nosotros concluimos, pues, que este libro de la ley de Dios no fue el Pentateuco, sino otro totalmemente distinto,...
Baruch Spinoza
Los dentistas, como los toreros, se pasan la vida pinchando en hueso.
Enrique Jardiel Poncela
Y fue devuelto a las arenas del desierto, sin ningún recuerdo de haber dormido, amado y disfrutado del cuerpo de su madre natural.
Harlan Ellison
Una vez tuve un gorrión posado en mi hombro por un momento mientras yo estaba cavando en un jardín del campo, y sentí que era más distinguido por ese suceso de lo que hubiera sido por cualquier charretera que hubiera podido llevar.
Henry David Thoreau
Cual si la Tierra fuera un cráter, vomitó del fondo de sus entrañas un ingente chorro de fuego. El suelo se elevó y fueron muy contados los espectadores que pudieron entrever, por un instante, el gigantesco proyectil, hendiendo victorioso los aires, en medio de una aureola de flamígeros vapores.
Julio Verne
Cada cual tiene su concepción del éxito. Lo importante es estar bien con uno mismo y ser honesto.
Letizia Ortiz
El estúpido más estúpido es el que fue alterado por la filosofía.
Lucian Blaga
No creo a la gente que dice: He roto mi manuscrito, lo he tirado. No lo creo. O bien lo que estaba escrito no existía para los demás, o no era un libro. Y uno siempre sabe lo que no es un libro.
Marguerite Duras
Mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado, las escuelas.
Marguerite Yourcenar
En el mercado libre, cada cual gana según su valor productivo en satisfacer los deseos de los consumidores. Bajo la distribución estatista, cada uno gana en proporción a la cantidad que puede saquear a los productores.
Murray Rothbard
Vale más trabajar sin objeto que no hacer nada.
Sócrates
Regreso al hogar: nunca tal inundación de flores me había dado la bienvenida... Vibraciones del campo.
Stefan George
Reímos y reiremos; porque la seriedad fue siempre amiga de los impostores.
Ugo Foscolo