Muchas veces escuchó decir que con los años llega la sabidurÃa y él esperó, confiando en que tal sabidurÃa le entregara lo que más deseaba: ser capaz de guiar el rumbo de los recuerdos y no caer en las trampas que éstos tendÃan a menudo.
Luis Sepúlveda
¡Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik se fusiló a los obreros! ¡Su sangre pide venganza!
Adolph Fischer
Ver el alba contigo, ver contigo la noche y ver de nuevo el alba en la luz de tus ojos.
Amalia Bautista
ConocÃa aquel carácter y se reconocÃa en él, el de los perpetuamente cabreados con el mundo, el de los que creÃan que la vida les debÃa algo y se revolvÃan ante la sangrante injusticia de que siempre les fuera negado.
Dolores Redondo
Ningún acto de amabilidad, no importa si es pequeño, será desperdiciado.
Esopo
Tengo una naturaleza moral y activa, que requiere satisfacción y eso no lo encontrarÃa si pasara la vida en compromisos sociales y organizando las cosas domésticas.
Florence Nightingale
Suspirar por una fe sólida no es la prueba de un convencimiento sólido, sino todo lo contario. El hombre que tiene una fe verdaderamente fuerte puede permitirse el lujo del esceptisismo.
Friedrich Nietzsche
Cuando todo vuelva a retirarse a la matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en la que está escrita la realidad.
Henry Miller
Perdimos porque el césped no estaba en condiciones.
Hugo Sánchez
Todos los psiquiatras son incompetentes.
J. G. Ballard
No desees que las cosas sean más fáciles desea ser tú mismo mejor.
Jim Rohn
Todo lo que sofoca la individualidad humana es despotismo, sea cualquiera el nombre con que vaya disfrazado.
John Stuart Mill
Por el camino de la duda mortal no es posible llegar más que a la realidad de la decepción que ella anticipa y de la sombra que ella prefigura.
José Enrique Rodó
La muerte apaga en la tierra la luz de los ojos, pero enciende la del recuerdo.
José MarÃa Eguren
Y es que AndalucÃa.
José MarÃa Pemán
La rosa no es más que la forma por un instante en alto de lo que el corazón llama por lo bajo sus delicias.
Paul Claudel