Prefiero el idioma español porque tiene muchas formas de decir te quiero.
Luis Miguel
No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.
Alejandro Dumas
Por eso, la etapa inicial del origen de la vida debió ser la formación de las sustancias orgánicas, la producción del material básico que más tarde habría de servir para la formación de todos los seres vivos.
Aleksandr Oparin
No es verdadero maestro el que no se hace querer de sus alumnos.
Benito Pérez Galdós
Ha llegado el momento de parar y dedicar más tiempo a la familia.
Carlos Sainz
¿Qué sería de una nación que en vez de geómetras, astrónomos, arquitectos y mineralogistas, no tuviesen sino teólogos y jurisconsultos?.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Si un hombre sabe algo es muy probable que tenga razón, pero si sabe que lo sabe, lo más probable es que esté equivocado.
Gilbert Keith Chesterton
En la juventud y en la belleza la sabiduría es escasa.
Homero
El estudiar a los chimpancés me ha ayudado a comprender, tal vez más que ninguna otra cosa, lo diferentes que somos de ellos.
Jane Goodall
La cortesía es el papel del estado del corazón, que frecuentemente rinde tantos mayores intereses cuanto más incierto es el capital.
Ludwig Börne
Si el cristianismo es la verdad, es falsa toda filosofía al respecto.
Ludwig Wittgenstein
La inteligencia ha sido en todos los tiempos la reina del mundo y ha vencido las preocupaciones.
Mariano José de Larra
Tuve que aprender ruso, una lengua preciosa y extraordinaria. Una mezcla de testosterona y ballet.
Mark Shuttleworth
Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después.
Maurice Maeterlinck
Todas las sociedades tienen sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte.
Michel Houellebecq
Necesitamos estudiar, sobre todo, para evitar los fallos propios y no imitar los ajenos, porque nacemos con más disposición para equivocarnos que para acertar.
Ricardo García Damborenea