Todo el mundo, sin importar lo fanáticos que sean a la hora de difamar y luchar contra el capitalismo, implícitamente lo homenajean al demandar apasionadamente sus productos.
Ludwig von Mises
El que no es sabio es necio, y entre los necios no hay diferencias.
Almudena Grandes
Cuando eres joven, derrochas. Quieres mostrar de lo que eres capaz. Pero cuando te vas haciendo mayor, aprendes a dosificar, a darle a cada cosa lo que se necesita en ese momento.
Ana Belén
Temo que abusan de mi cerebro, ya de por sí poco brillante, y que no quedará nada de él después de la guerra.
Ana Frank
Soy de blancos y negros, trabajo muy poco el gris, lo cual a veces me conlleva a mucho desgaste emocional.
Chenoa
Nadie debe comer sin habérselo ganado.
Confucio
La mediocridad es la más feliz de las máscaras que puede usar un espíritu superior, porque el gran número, es decir, los mediocres, no sospechan que en ello haya engaño; y, sin embargo, por esto es por lo que se sirve de esta arma el espíritu superior: para no irritar, y, en casos no raros, por compasión y bondad.
Friedrich Nietzsche
Nunca les dejaré hacerte daño, lo prometo.
Gerard Way
¡Lo que sentía era tan nuevo y tan dulce! Seguía sentado, mirando un poco hacia atrás, sin moverme, y sólo de vez en cuando me reía calladamente, recordando algo, o me estremecía al pensar que estaba enamorado, que lo que sentía era el amor.
Iván Turguénev
El primer cuidado del hombre debería ser evitar los reproches de su propio corazón.
Joseph Addison
Decir que uno puede amar a una persona por toda una vida es como declarar que una vela puede mantenerse prendida mientras dure su existencia.
León Tolstói
Siempre es la persona equivocada, siempre son los que todo el mundo cree que están locos.
Michael Murphy
Basta un amo en el cielo para que haya mil en la tierra.
Mijaíl Bakunin
Todavía conocemos relativamente poco acerca de la abundancia de la vida en los bosques tropicales. Sorprendentemente, sabemos más -mucho más- acerca de la superficie de la Luna.
Peter Hamilton Raven
¿Quién ha tenido jamás valor para decirse la verdad? ¿Quién no se ha adulado a sí mismo cuando los demás le han alabado? Miramos con demasiada afición todo cuanto nos rodea y el favor que nos hacemos impide que nos juzgue¬mos con rectitud.
Séneca
¿Quién no conoce la divertida historia del niño caprichoso que despertándose a media noche, grita desde su cama: Quiero el rinoceronte? Un niño más juicioso, en vez de despertarse y alborotar, hubiera soñado que jugaba con el deseado animal.
Sigmund Freud