Es la misma lluvia la que en la tierra inculta hace crecer zarzas y espinas, y en los jardines, flores.
Ludwig van Beethoven
Tardó un poco en decir algo. Pensaba en la misteriosa permanencia del amor, en la corriente nunca quieta de la vida.
Alessandro Baricco
Cuando el herrero no da en el clavo, es un errero.
Anónimo
La mentira se descubre por los ojos, yo muchas veces mentía.
Augusto Pinochet
Nosotros exigimos que nuestros hombres hagan lo que se les diga. Nuestra organización es tan especializada y todas sus partes dependen de las otras de tal modo que es imposible pensar en dejar a nuestros obreros hacer lo que quieran. Sin la más rigurosa disciplina llegaríamos a la confusión más extrema.
Henry Ford
El perro es el mejor amigo del hombre... que le da de comer.
Jaume Perich
Las cosas más grandes no deben decirse sino sencillamente; el tono enfático las perjudica. Por lo que a las pequeñas se refiere, hay que expresarlas con nobleza: éstas no se corroboran sino mediante la naturalidad y por el tono y modo de decirlas.
Jean de la Bruyere
La propia esperanza deja de ser una felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.
John Ruskin
Quizá esté equivocado, porque yo me equivoco mucho; pero lo digo como lo pienso.
José Mujica
Dios nos quiere infinitamente más de lo que tú mismo te quieres... ¡Déjale, pues, que te exija!
Josemaría Escrivá de Balaguer
Los hombres son pervertidos no tanto por la riqueza, cuanto por el afán de riqueza.
Louis de Bonald
La arquitectura es una música de piedras y la música, una arquitectura de sonidos.
La no colaboración con el mal es un deber tan importante como la colaboración con el bien.
Mahatma Gandhi
Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor; y cesen de participar con en las obras infructíferas que pertenecen a la oscuridad, sino, más bien, hasta censúren, porque hasta contar las cosas efectuadas por ellos en secreto es vergonzoso.
Pablo de Tarso
Los seres humanos están dotados por la naturaleza con partes iguales de egoísmo y desinterés.
Reinhold Niebuhr
Dame mil caricias pero mátame de sed, déjame en el centro del infierno que podría aguantar el fuego si me dieras de beber.
Rosana