El recuerdo es un invernadero de las alegrías pasadas.
Lucian Blaga
La página abierta del libro de la vida es hermosa; pero es aún más bella la página cerrada con siete sellos.
Alfredo Panzini
¿Quién hay que no sea justiciable de alguna de estas dos grandes faltas: hacer verter lágrimas, o no haberlas enjugado?
Concepción Arenal
¿Qué sería de Alemania sin cerveza? Pregúntale a la cebada y al lúpulo y ellos te contarán la historia de Alemania. La cerveza es la madre de sus teorías enrevesadas y acres, como arenque ahumado, y de su militarismo férreo, militarismo frío, rudo, mastodónico, geófago, que ve la gloria a través de las usinas y de los cascos guerreros.
Enrique López Albújar
Inopinadamente la casualidad vino en mi ayuda.
Fiódor Dostoyevski
El que llegó a aborrecer puede volver a querer, pero aquel que olvida, no.
Francisco de Rojas Zorrilla
La madurez, humana y sobrenatural, que hemos de alcanzar no es cosa de un momento. Es tarea de cada día, de muchos pequeños vencimientos, de corresponder a la gracia en lo pequeño.
Francisco Fernández-Carvajal
La inocencia no encuentra protección en la culpabilidad.
François de La Rochefoucauld
Solo en contadísimas ocasiones encontramos a alguien a quien podamos transmitir nuestro estado de ánimo con exactitud, alguien con quien podamos comunicarnos a la perfección. Es casi todo un milagro, o una suerte inesperada, hallar a esa persona.
Haruki Murakami
Mi lengua es el castellano y mi patria, España.
Imanol Arias
La mejor evaluación de un jugador de baloncesto que puedo conseguir es mirándolo a los ojos y ver lo asustado que está
Michael Jordan
El que sospecha invita a traicionar.
Miguel de Cervantes
El arte es el reflejo del mundo. Si el mundo es horrible, el reflejo también lo es.
Paul Verhoeven
El contagio de los prejuicios hace creer muchas veces en la dificultad de las cosas que no tienen nada de difíciles.
Pío Baroja
Las soluciones son todas simples... Después de haber llegado a ellas. Sólo son simples cuando llegamos a ellas.
Robert Pirsig
El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos. (Fray Lorenzo a Romeo)
William Shakespeare