Los hombres temen a los mismos dioses que han inventado.
Lucano
Por mirar la pequeñez de un gusano podemos perder la grandeza de un eclipse.
Confucio
Poca gente domina el arte de saber envejecer.
François de La Rochefoucauld
Estoy herido de mi felicidad; han de curarme todos los que sufren.
Friedrich Nietzsche
Mas todos los poetas creen que quién tendido en el pasto aguza el oído se entera un poco de las cosas que existen entre el cielo y la tierra.
Dejame valerme por mí mismo. Si lo hacés todo por mí, nunca podré aprender. Por si lo olvidaste sólo se aprende de los errores.
Jorge Bucay
¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada?
Jorge Luis Borges
Con las palabras todo cuidado es poco, mudan de opinión como las personas.
José Saramago
Me clavo las espinas de las rosas que piso, mi nombre es Javi, pero tu diosa, tú puedes llamarme Dioniso.
Kase.O
Las especificaciones actúan comprometiendo futuras decisiones porque parece que cuando uno especifica, queda preso para siempre de lo que dice. Como yo he vivido mucho esa cierta ambigüedad que se atribuye a aquel que especifica y luego no es congruente, porque frente a situaciones parecidas toma decisiones iguales, prefiero generalizar.
Marcelo Bielsa
De donde estoy a donde voy sigo la línea de puntos que lleva al corazón.
Miguel Cantilo
Un hombre es infinitamente más complicado que sus pensamientos.
Paul Valéry
El matrimonio es como la vida real; un campo de batalla y no un lecho de rosas.
Robert Louis Stevenson
Sólo somos cinco amigos de fiesta, pasando un buen rato.
Simon Pegg
Las agrupaciones humanas tienen un propósito principal: conquistar el derecho que todo el mundo tiene a ser diferente, a ser especial, a sentir, a pensar y vivir cada uno a su manera.
Vasili Grossman
Quisiera decir algunas palabras acerca del miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Sólo el miedo puede vencer a la vida. Es un contendiente traicionero y perspicaz, y bien que lo sé. Carece de decoro, no respeta ninguna ley, ningún principio. Te ataca el punto más débil, que siempre reconoce con una facilidad infalible. Empieza con la mente, siempre. Estás tranquilo, sereno y feliz y al poco rato el miedo, ataviado con la vestimenta de duda afable, se te cuela en la mente como un espía.
Yann Martel