Sólo muy raramente llegamos a consolarnos de nuestras grandes humillaciones; lo que pasa es que las olvidamos.
Luc de Clapiers
Nunca olvides quien te ayudo, quien estuvo contigo, quien te enseñó
Amaia Montero
Hemos olvidado lo importante que es que nos toquen, pero lo necesitamos para sobrevivir.
Camilla Läckberg
Nuestros hijos nos perdonan, cada día, docenas de veces. Perdonan sin doblez, sin reservas, sin reproches, hasta olvidar completamente el agravio.
Carlos González
Nuestra música es un símbolo, una señal de fuerza, un hilo de comunión con nuestro suelo, una esperanza... Y uno de los lenguajes secretos de Dios.
Daína Chaviano
No hay libertad, a menos que haya libertad económica.
Daniel Lacalle Fernandez
Si existe un amor puro y libre de contaminación de otras pasiones, es aquel que se oculta en lo más íntimo de nuestro corazón, ignorado aun de nosotros mismos.
François de La Rochefoucauld
He disfrutado de la felicidad que puede proporcionar el mundo: he amado.
Friedrich Schiller
Todos tenemos miedo de nuestra confianza, en el futuro, en el mundo. Esa es la naturaleza de la imaginación humana. Sin embargo, cada hombre, cada civilización ha avanzado debido a su compromiso con lo que se ha propuesto hacer.
Jacob Bronowski
Mi madre estaba llena de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella carga y reventó. No, no es fácil querer mucho.
Juan Rulfo
La teoría del comunismo se puede reducir a una oración: Abolir toda propiedad privada.
Karl Marx
No te dejes derrotar por una desilusión, en la vida hay cosas peores... como la gente.
Marilyn Manson
Entre sí y no, por baches indirectos de parábolas, signos, planetas, hasta lanzándose desde el campanario agarra un garfio, pues el camino del cometa es el camino del poeta.
Marina Tsvetáyeva
Catalina sabía el argumento de la sábana rota por amor, me soplaba la letra con su aliento y nos iba surgiendo esta canción.
Miguel Cantilo
Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma?
Milan Kundera
La pobre no sabía que lo mejor de la santidad son las tentaciones.
Ramón María del Valle-Inclán