Todos somos maestros y alumnos. Pregúntate: ¿Qué vine a aprender aquí y qué vine a enseñar?
Louise Hay
Ni se alegra el envidioso no estando el vecino triste.
Alonso de Barros
Nuestro espíritu busca, pero el corazón es el que encuentra.
Blaise Pascal
Vengo de una familia de intelectuales.
Citto Maselli
Todas las religiones son buenas; pero la capa no parece.
Clarín
He escrito de todo y sigo escribiendo de toda clase de temas, no veo qué me pueda faltar, sino escribir más de los mismos temas que he escrito, que son muchos, ya que la poesía debe tratar de todo, como la prosa, para no ser anémica.
Ernesto Cardenal
La opinión publica, inducida nada demuestra. Muchos creyeron muchas cosas que después fueron falsas.
Fernando de la Rúa
El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
Gabriel García Márquez
Cuando uno quiere realizar una obra artística, es preciso que se eleve por encima de los elogios y de las críticas. Cuando se tiene delante un ideal claro y preciso, hay que empeñarse en dirigirse hacia él en línea recta, sin distraerse con lo que encuentra en el camino.
Gustave Flaubert
Las flores los jardines las fuentes las sonrisas y la alegría de vivir.
Jacques Prévert
Tal vez por eso estamos tan muertos, y al mismo tiempo tan vivos: porque cada anochecer nos aniquila, y nos redime el alba.
Laura Restrepo
Es locura esperar que la suerte nos ha de prestar armas contra ella; con nuestras propias armas hemos de combatirla.
Michel de Montaigne
Quien ha experimentado a Dios puede describir parte de su vivencia en lenguaje simbólico, pero no puede trasmitir a otra persona lo que ha vivenciado. La mística da lugar al pensamiento, pero no es reducible a él.
Muhammad Iqbal
Es de importancia fundamental aprender cada año más que el año anterior.
Peter Ustinov
Nos dijimos: hoy es hoy, si no nos lanzamos, nunca agarraremos experiencia.
Rigoberta Menchú
Y Erdosain pensaba: No tendremos nunca contacto sexual. Para hacer más duradero nuestro amor, refrenaremos el deseo, y tampoco la besaré en la boca, sino en la mano. Y se imaginaba la felicidad que purificaría su vida, si tal imposible aconteciera, pero era más fácil detener la tierra en su marcha que realizar tal absurdo.
Roberto Arlt