Me dijeron por radio que necesitaba estar delante de él (Vettel). No podía creerlo. Pero en la última curva pude pasar a Glock. Sólo puedo dar gracias a Dios.
Lewis Hamilton
Sé que estoy enamorada porque por las noches no quiero dormir, porque mi vida real supera a mis sueños.
Anónimo
Lo único que permanece eternamente es el alma humana, el hombre creado por Dios para la eternidad. El fruto que queda, por tanto, es el que hemos sembrado en las almas humanas, el amor, el conocimiento; El gesto capaz de tocar el corazón; La palabra que a.
Benedicto XVI
Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada.
Blaise Pascal
Si hay gente que ha perdido confianza en Alonso es que no cree de verdad en él.
Fernando Alonso
Nunca podría vivir sin ti, así que vuelve y descubre lo que significas para mí, te necesito.
George Harrison
Los matemáticos nacen, no se hacen.
Henri Poincaré
No hay nada ni nadie que no pueda enseñarnos algo.
José María Gironella
Haga cada uno su parte de deber, y nada podrá vencernos.
José Martí
Estamos todos tan juntos y, si embargo, todos estamos muriendo de soledad.
Leo Buscaglia
¿Por qué -me dije- no presento este novísimo caso de un autor que se niega a dar vida a algunos de sus personajes, nacidos vivos en su fantasía, y el caso de estos personajes que, teniendo infusa ya en ellos la vida, no se resignan a permanecer excluidos del mundo del arte?
Luigi Pirandello
La mujer que dice ser fuerte suele ser la que debe tratarse con cuidado y dominar solo con cariño.
Nelson Damian Cabral
Preciso es encontrar lo infinitamente grande en lo infinitamente pequeño, para sentir la presencia de Dios.
Pitágoras
Tener no es signo de malvado y no tener tampoco es prueba de que acompañe la virtud, pero el que nace bien parado en procurarse lo que anhela no tiene que invertir salud.
Silvio Rodríguez
Dios no solo juega a los dados. A veces también echa los dados donde no pueden ser vistos.
Stephen Hawking
La lengua de Goethe sonaba horrible en medio de la noche en las estaciones rusas, pero el ruso que hablaban los colaboradores de la policía alemana era todavía más siniestro.
Vasili Grossman