Frase de Leopoldo Calvo-Sotelo

← Anterior Siguiente →
No es verdad que el político cesante se quede enfermo de melancolía y quiera volver al paraíso perdido. La púrpura del poder e... - Leopoldo Calvo-Sotelo

No es verdad que el político cesante se quede enfermo de melancolía y quiera volver al paraíso perdido. La púrpura del poder es pesada y deja más alivio que nostalgia cuando se pierde.

Leopoldo Calvo-Sotelo

Todas las frases de Leopoldo Calvo-Sotelo →

Explorar Frases

La autoridad pertenece a quien hace cambiar y no a quien experimenta el cambio: la autoridad es, en lo esencial, activa y no pasiva.

Alexandre Kojève

Tal vez la verdad sea permanecer en un estado de sabia ignorancia.

Blanca Miosi

Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser posible conocer la muerte?

Confucio

En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental.

Daniel Goleman

La edad del hombre, visto desde dentro, es la eterna juventud.

Hugo von Hofmannsthal

Nosotros estamos en un vehículo mucho más seguro que los jinetes, porque ellos van suspendidos encima de caballos con miedo no sólo de nosotros, sino también de caerse, mientras que nosotros, bien firmes sobre la tierra, golpearemos con mucha más fuerza, si alguien nos ataca, y tendremos mucha más fortuna en lo que queramos.

Jenofonte

Al cabo de seis horas pedaleando al límite, se siente paz.

Lance Armstrong

Lo difícil es ganar miles honradamente, los millones se amontonan sin trabajo.

Nikolái Vasílievich Gógol

La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.

Pablo Neruda

Cuando descubres el primer amor como un adolescente, toda tu vida gira en torno a él y te abres a él.

Patrick Dempsey

Esto es una generalización urbi et orbi (agárrate... que sabe latín, contesta Tamariz).

Pepe Carroll

No se ganó Zamora en una hora.

Proverbio

Mi nombre, en aquel entonces, era Susan Trinder. La gente me llamaba Sue. Sé en qué año nací, pero durante muchos años no supe la fecha, y celebraba mi cumpleaños en Navidad. Creo que soy huérfana. Sé que mi madre ha muerto. Pero nunca la vi, no era nadie para mí.

Sarah Waters

Si fuera un álamo, una luna, un dios luciente... Más sólo soy un hombre en la ladera, un hombre sólo, apasionadamente.

Vicente Gaos

El trabajo es la ley de la felicidad.

Wallace Stevens