No os resistáis a lo desconocido.
Leonardo DiCaprio
Las empresas no deben tirar el dinero en enormes bonos para ejecutivos u otras frivolidades, sino que deben compartir su suerte con los trabajadores.
Akio Morita
Cuando renunció a cazarla, el ave se le posó en la mano.
Alejandro Jodorowsky
La lectura obligada es nefasta. Lean por placer, tengan una profunda sospecha.
Álvaro Mutis
Aquello en lo que crees o piensas que se puede hacer, empieza a hacerlo. La acción tiene magia.
David Valois
El misticismo es tan sólo la más compleja forma de ser afeminado y decadente. El único lado útil de la inutilidad.
Fernando Pessoa
Un error es tanto más peligroso cuanto mayor sea la verdad que contenga.
Henri-Frédéric Amiel
Serpientes, prole de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena? Por eso, miren, les envío profetas y sabios e instructores públicos.
Jesús de Nazaret
Ciudad es ante todo plaza, ágora, discusión, elocuencia. De hecho, no necesita tener casas, la ciudad; las fachadas bastan. Las ciudades clásicas están basadas en un instinto opuesto al doméstico. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya.
José Ortega y Gasset
No hay gen para el espíritu humano.
Jude Law
No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda.
Manuel Belgrano
Lo grande fue que estaba toda la gente, más que amándome a mí, amándose a ellos.
Mercedes Sosa
El poeta está ahí para que el árbol no crezca torcido.
Nicanor Parra
Detesto la locura, la aborrezco desde el fondo de mi alma, aborrezco a todos los genios desequilibrados, o semi genio; detesto todo emocionalismo, toda pose excéntrica. ¡Audacia y osadía, si! La audacia es todo, es lo único indispensable; pero una audacia serena, decorosa, correcta, como envuelta en el suave terciopelo de la ironía. ¡He ahí lo que yo soy y lo que quiero ser!
Thomas Mann
Los hombres pueden preciarse de escribir honesta y apasionadamente sobre los movimientos de las naciones; pueden pensar que la guerra y la búsqueda de Dios son los únicos temas de la gran literatura; pero si la posición de los hombres en el mundo tambaleara por un sombrero mal escogido, la literatura inglesa cambiaría dramáticamente.
Virginia Woolf
También hay fanáticos que conservan la sangre fría, pertenecen a esa clase los jueces que sentencian a muerte a los que no han cometido más crimen que el de no pensar como ellos... Las leyes y la religión, en vez de ser para ellas (las costumbres humanas) un alimento saludable, se convierten en veneno en los cerebros infectados.
Voltaire