La mayoría de personas no interesadas en la Filosofía son los que más desesperadamente dependientes son de las ideas dominantes de su era. En tiempos de crisis estos hombres necesitan la guía de algún tipo de teoría; pero, no estando familiarizados con el mundo de las ideas, no saben que son posibles las alternativas a las teorías populares. Solamente saben lo que se les ha enseñado.