La dirección del Komintern conduce al proletariado alemán a una terrible catástrofe, cuyo punto culminante será la capitulación por miedo ante el fascismo. Si el fascismo llegase al poder, aplastaría nuestras cabezas y nuestras columnas vertebrales como un gigantesco tanque. Sólo una unidad combatiente con los obreros social-demócratas puede llevar a la victoria.