Es valiente el que teme lo que debe temerse, y no teme lo que no debe temerse.
León Tolstói
La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo.
Alan Kay
Que os ofrezco a vos y a ellos al diablo.
Bartolomé de las Casas
Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro. Al estar con un maestro, podemos aprender la importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero no tenemos oportunidad real de practicarla. La verdadera práctica surge al encontrarnos con un enemigo.
Dalai Lama
La música está por encima del pensamiento.
Eugène Delacroix
El amigo interesado mira a su amor propio; el verdadero, sólo al bien del amigo.
Francisco de Quevedo
Sólo el hombre sabio, sólo aquel cuyos pensamientos son controlados y unificados, hace que le obedezcan los vientos y las tempestades del espíritu.
James Allen
Aún no ha nacido la persona que pueda amarme como yo amo.
Jean-Jacques Rousseau
El toreo es un doble ejercicio físico metafísico de integración espiritual en el que se valora el significado de lo humano heroicamente o puramente: en cuerpo y alma, aparentemente inmortal.
José Bergamín
Cualquier aseveración que repitas con frecuencia, o cualquier deseo que siembres profundamente en tu mente a través de la repetición de una afirmación, acabarán indagando expresión a través de tus esfuerzos corporales, físicos, externos.
Napoleon Hill
Aunque sólo existiera una verdad única, no se podrían pintar cien cuadros sobre el mismo tema.
Pablo Picasso
La generosidad que me da la conciencia de ser libre y de tener que respetar la libertad de los demás para entablar con ellos un diálogo de igual a igual. Sin embargo, en nuestra condición común hay compromisos, luchas ganadas o perdidas, libertades concedidas y luego negadas.
Pierre Sansot
No hay testigo tan terrible ni acusador tan potente como la conciencia que mora en el seno de cada hombre.
Polibio
La decadencia puede ser una forma de interpretar la arquitectura.
Rem Koolhaas
De todos es sabido que el precio de la verdad suele ser el odio.
Salvatore Rosa
Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.
Teresa de Calcuta