Los hijos son tormento, y no otra cosa.
León Tolstói
¡Estábamos vivos! Y el hecho de estar a las puertas de la muerta hacía que cobrara más importancia.
Becca Fitzpatrick
El ateísmo y el secularismo deshumanizante son las plagas de nuestro tiempo.
Benedicto XVI
El hombre lleva en sí mismo una sed de infinito, una nostalgia de eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de amor, una necesidad de luz y de verdad, que lo impulsan hacia el Absoluto; el hombre lleva en sí mismo el deseo de Dios.
El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.
Carl Gustav Jung
¿Donde estuviste de noche? Nadie lo sabe. No intentes responder, por amor de Dios. No quiero saber la respuesta. Adiós.
Clarice Lispector
Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.
Claude Lévi-Strauss
Tengo la suerte de estar casada con un hombre que me dice que me veo bella todos los días.
Debra Winger
No sé si todo el mundo sabe que cuando uno se queda solo durante mucho tiempo, donde para los demás no hay nada se descubren cada vez máss cosas por todas partes.
Enrique Vila-Matas
Al hombre justo y tenaz en sus propósitos no le moverán de su firme voluntad ni la exaltación de los malos deseos de la multitud, ni el fiero rostro de un tirano amenazador.
Horacio
La pobreza conlleva el miedo y el estrés y la depresión a veces. Se reúne un millar de pequeñas humillaciones y privaciones. Salir de la pobreza por sus propios medios, es decir algo en que te sientes orgulloso, pero la pobreza en sí es idealizado por los tontos.
J. K. Rowling
Está haciendo un arbitraje Poncio Pilatos.
Jorge Valdano
Razón sin comprensión, es como Cupido sin corazón.
Juan Lobillo
¿No es la historia sino una fábula aceptada por muchos?
Marlene Dietrich
Aunque apenas pueda resistir mis males, prefiero padecerlos a merecerlos.
Pierre Corneille
La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi.
Sigmund Freud