Y mañana seguirán con fuego en los pies quemando olvido, silencio y perdón, van saltando todos los charcos del dolor que sangró, desparramando fe, las madres del amor.
León Gieco
Yo, con un instinto profundo, elijo un hombre que provoca mi fuerza, que ejerce demandas enormes sobre mí, que no duda de mi coraje ni mi rudeza, que tiene coraje de tratarme como una mujer.
Anaïs Nin
Nuevas Naves Voladoras crearán los hombres y hasta volarán sin naves, solamente con espaldares. ¡Y serán en Triunfo!
Benjamín Solari Parravicini
El lema sigue adelante, ha resuelto y siempre resolverá los problemas de la carrera humana.
Calvin Coolidge
Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés.
Carlos Fisas
Devolver bien por mal es el mejor negocio.
Constancio C. Vigil
Amo las mujeres bonitas, y ellas me aman a mí. Tiene que ser en ambos sentidos.
Donald Trump
Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue.
Enrique Santos Discépolo
El deseo nos hace tomar su propia violencia como un signo de eternidad.
Etienne Rey
A cada etapa de la historia corresponde el predominio de una clase determinada y un sistema de producción dado.
Felipe González
La oscura esfera de lo oscuro ha inundado mi ámbito y se cierra como el beso de dos cúpulas.
Hanni Ossott
Pero, mi querido amigo, debo confesarte que, desde que mi pensamiento ha cambiado, ya no existen para mí palabras ambiguas ni dichos: cada palabra tiene decenas, centenares de significados. Y ahí empieza lo que temes... La magia.
Hermann Hesse
A mí me gusta que la mujer sea mujer, mujer.
José María Aznar
Muchas veces una idea no muy buena, pero realizada con tenacidad, da buenos resultados; pero la más hermosa de las concepciones sin ejecución no lleva a ningún resultado.
Juan Domingo Perón
Los buenos artistas lo entregan todo a su arte, y, por consiguiente, no tienen ellos mismos nada de interesante.
Oscar Wilde
El ahorro excesivo declina rápidamente hacia la tacañería, cayendo en la exageración de reputar superfluo hasta lo necesario.
Santiago Ramón y Cajal