Mi forma de llamar la atención es igualándome con la gente. Siempre trato de transmitir que no soy un "superstar", que no soy alguien importante por encontrarme sobre un escenario.
León Gieco
El pasado ya no es y el futuro no es todavía.
Agustín de Hipona
Yo crucé la línea blanca un día, fue una noche con su amanecer.
Amaia Montero
Está claro, a la vez, que no existe lugar ni vacío ni tiempo fuera del primer cielo.
Aristóteles
A pesar de que tus hijos siempre van a hacer exactamente lo contrario de lo que les estás diciendo que hagan, tienes que seguir amándolos muchísimo.
Bill Cosby
Es preferible fiarse del hombre equivocado a menudo, que de quien no duda nunca.
F. Scott Fitzgerald
El cielo rara vez hacen que nazcan juntos el hombre que quiere y el hombre que puede.
François-René de Chateaubriand
Todo lo que obtenemos, aparte de los dones gratuitos con que nos obsequia la naturaleza, ha de ser pagado de una u otra manera.
Henry Hazlitt
Sólo la noche posada en tus cabellos, la noche raspándonos los ojos, la noche uniéndonos y separándonos.
Homero Aridjis
Nunca hay que decir 'no me toca', sino '¡Voy yo!'.
Juan Bosco
Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada.
Juan de la Cruz
Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente... Y ríase la gente.
Luis de Góngora
La luz no es una cosa que puede ser reproducido, sino algo que debe ser representado usando otra cosa... Colores.
Paul Cézanne
Escuchame por favor... he vivido una vida. Deja de hacer todo solo, por favor. No has escuchado a nadie desde que tuviste cuatro años y te fuiste al jardín de infantes a conquistar el mundo. Tenías cuatro años y medio y creías ser el presidente de la General Motors.
Philip Roth
Todos desean ardientemente tener la verdad de su lado; pocos desean estar del lado de la verdad.
Richard Whately
Los simples son carne de matadero: se les utiliza cuando sirven para debilitar al poderenemigo, y se les sacrifica cuando ya no sirven.
Umberto Eco