Cambio mi vida por lámparas viejas, o por la escalera de Jacob, o por su plato de lentejas... ¡O por dos huesecillos minúsculos - en las sienes -, por donde se fugue en grises podres, toda la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres!.. Juego mi vida, cambio mi vida. De todos modos, la llevo perdida...