Escúchame bien. Correr aventuras es emocionante, intenso. Pero nada, ¿Me oyes?, nada vale tanto como para dar la vida por ello. Nada. No lo olvides nunca.
Laura Gallego García
Lo que sean ustedes, es cosa suya, insisto. Usted me paga lo acordado, puntualmente, los días uno, y yo no me meto en nada... Por supuesto, serán ustedes discretos, no quiero escándalos.
Ana Diosdado
Sólo puedo trabajar en Rusia, en mi hogar. ¿Quién me necesita en otro lugar? ¡Me necesitan en mi país!
Andréi Tarkovski
Las civilizaciones mueren por suicidio, no por asesinato.
Arnold J. Toynbee
Tienes que obtener lo que deseas a través de tus propios medios.
Cillian Murphy
No creo que el presidente Bush este haciendo algo sobre el sida. De hecho, no estoy segura de que sepa deletrear sida.
Elizabeth Taylor
Por tanto, hemos hecho un acuerdo para estimular, para favorecer, para follar... para apoyar ese turismo.
José Luis Rodríguez Zapatero
Madrid; que no hay ninguna villa, en cuanto el sol dora y el mar baña más agradable, hermosa y oportuna, cuya grandeza adorna y acompaña la Corte de los Césares de España.
Lope de Vega
A gran velocidad se lleva el verano el río Mogami.
Masaoka Shiki
Una gran revolución no es más que un crimen estruendoso que destruye a otro crimen.
Maximilien Robespierre
No se puede perder lo que no se tiene.
Pablo Palazuelo
Lo que se posee no es tal cual parece.
Samuel Daniel
La gruesa bestia tiene como fin la existencia. Yo soy el que soy. Ella también lo dice. Le basta con existir, pero no puede concebir ni admitir que otra cosa exista. Siempre es totalitaria.
Simone Weil
Hace falta saber obedecer para saber mandar.
Solón
Del camino del Go, la belleza de Japón y del Oriente se habían desvanecido. Todo se había vuelto ciencia y reglas. El camino hacia el ascenso de categoría, que controlaba la vida de un jugador, se había convertido en un meticuloso procedimiento de puntaje. Uno conducía el enfrentamiento con la única meta de ganar, y no había margen para recordar la dignidad y la fragancia del Go como arte.
Yasunari Kawabata
¿Qué sentido tiene permitirle acabar con mi existencia?
Zenobia Camprubí Aymar