El buen hombre es el maestro del malo, y el mal hombre es la lección del bueno.
Lao-Tse
Conseguimos obtener así la fórmula estadística para conocer aproximadamente la posición de un eléctron en un instante determinado. Pero, personalmente, no creo que dios juegue a los dados.
Albert Einstein
Ni lo que cuesta y se alcanzase debe tener en poco.
Alonso de Barros
Firmaré el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos así caigan rayos y centellas.
Álvaro Uribe Vélez
Como un campo, aunque sea fértil, no puede dar frutos si no se cultiva, así le sucede a nuestro espíritu sin el estudio.
Cicerón
El guerrero que lucha por dinero sólo es leal a su bolsillo.
George R. R. Martin
Pero la guerra es dolor, y el odio es sufrimiento.
Herman Melville
Sólo el amor postrero de una mujer puede compararse al primer amor de un hombre.
Honoré de Balzac
Después de tantos años, empiezas a perder más que el apetito. Usas una máscara tanto tiempo que olvidas quién eras debajo.
Hugo Weaving
No debes entregar tu corazón a la tristeza, sino que debes apartarla de ti, recuerda tu fin, no te olvides de él, porque no habrá retorno, en nada beneficiarás al muerto y sólo te causarás daño a ti mismo.
José Saramago
Lamento hacerte tan desdichado. - No lo sientas. Lamenta más bien haberme hecho feliz. Eso es lo que duele, que me hicieras tan feliz.
Ken Follett
Dame ya, sagrado mar, a mis demandas respuesta, que bien puedes, si es verdad que las aguas tienen lenguas.
Luis de Góngora
No es como si hubiera riqueza infinita. Hay miles de productos de lujo nuevos que llegan al mercado, y la pregunta es, ¿quién los comprará? Si la gente comienza a perder sus puestos de trabajo, ¿quién puede permitirse el lujo de pagar 2, 3, 4 o 5 millones de dólares? ¿Conoces a los 10.000 nuevos banqueros de inversión de Wall Street?
Nouriel Roubini
La justicia es igual a las serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos.
Óscar Romero
Los griegos inventaron la tragedia. Sabían que los héroes más colosales no tenían finales felices.
Rick Riordan
La sala contigua estaba muy oscura. Los pocos muebles grandes se arracimaban como bultos, como las cestas con los ladrones dentro en Alí Baba. Pensé en lo triste que sería haber recorrido todo el trayecto desde el barrio hasta Briar para que me asesinasen unos ladrones. ¿Y si uno de ellos resultaba ser alguien conocido, uno de los sobrinos de Ibbs? Ocurren cosas así de raras.
Sarah Waters